
Cuando entré en la librería, donde iba a comprar el último
libro de texto que le faltaba a Mí hijo, quedé sorprendido por la cantidad de
clientes. Concretamente seis mujeres, dos grupos de dos amigas y dos que parece
que van en solitario. También habrán venido buscando el dichoso libro.
Pese a que soy el último que ha entrado, la dependienta que
habitualmente Me atiende, se desentiende de las dos amigas con las que está
hablando y se dirige a Mí, diciéndome que va a por el libro. Le comento que no
tengo prisa y que puedo esperar a que atienda a las otras clientas.
Sin hacerme caso se va al almacén a por el libro que he
venido a buscar. Eso me da tiempo para observar.
Por Dios!! Ninguna ha venido en busca de ningún libro de
texto. Todas han venido en busca de lo mismo: Las sombras de Grey.
Está esparcido en montones en diferentes lugares del local.
En castellano, en catalán, en inglés y en alemán.
Escucho las conversaciones entre una mallorquina y una
alemana. La mallorquina se va a llevar el segundo en catalán. La alemana el
primero en su lengua nativa.
El resto son más silenciosas, pero el libro también está en
sus manos.
Vuelve la dependienta con Mí libro. Se fija en que estoy
observando y ni corta, ni perezosa, me pregunta que opino del libro. En
realidad me está preguntando si lo he leído, sabe sobradamente que libros le
encargo para Mí.
Mi respuesta es que opino que es muy malo.
Y toda la atención se centra en Mí.
La dependienta reacciona rápidamente preguntándome si lo he
leído. También me está diciendo: cabrón!! No sólo no me lo has comprado a mí,
sino que me vas a chafar seis ventas.
Y respondo
tranquilamente: No, Yo no lo he leído. Lo ha leído Mí sumisa.
Tachán, tachán, Atención absoluta hacia Mí persona.
Las dependientas se animan, saben que tipo de libros les
compro y saben que no Me importa hablar del tema.
Y hay quien tiene ganas de preguntar. La alemana, sin
cortarse un pelo, me pregunta que opina exactamente Mí sumisa que es la que ha leído
el libro.
Y Yo les resumo la opinión de Mí sahktabi al respecto.
La dependienta, que no pierde ripio, aprovecha cuando acabo
para decirme que ya que no tengo prisa, seguramente no me importará dar una
explicación de lo que es el BDSM, el sadomasoquismo y la Dominacion/sumisión.
Creo que ya he dicho alguna vez que Me gusta hablar de Mí
libro.
No voy a contaros todo. Sólo lo que narré como lo más
importante:
Amo a Mí sahktabi.
Adoro a Mí sahktabi.
Me siento Orgulloso de ser Dueño de Mí sahktabi.
Algo más de medía hora después del inicio de Mi disertación,
salí con 40€ menos en la cartera y un libro de Sociales. Las dependientas
vendieron mínimo un ejemplar del libro a cada una de las clientas y encargaron
varios de los que recomendé como interesantes para adentrarse más en este
mundo, tanto de ficción como de no ficción.
Y ya fuera, en el bar de la esquina con unas cervezas en la
mano, hablé un rato más sobre el tema. Hasta que llego la hora de ir a preparar
la comida y a recoger al niño al instituto.
Un cordial saludo a todos.
Lord Wunjo.